Las aplicaciones para dispositivos
móviles se están expandiendo a un ritmo vertiginoso debido a la enorme acogida
de los smartphones y las tabletas digitales. Antes las apps eran sencillas
herramientas que ayudaban con el envío de mensajes, la descarga de correo o la
búsqueda de información en la nube. Ahora, gracias a estos programas,
personalizamos según nuestras preferencias los dispositivos con distintas aplicaciones.
Sin embargo, las apps no solo han conquistado al usuario, sino que empresas,
instituciones culturales y educativas, prestadores de servicios y ayuntamientos
cuentan ya con aplicaciones. ¿Cómo pueden las apps afectar a nuestra sociedad?
¿Podrían ser estas apps un sustituto de las páginas web? ¿Pueden las
aplicaciones servir para resolver problemas locales? ¿Son estas aplicaciones
una tecnología pasajera o han llegado aquí para quedarse?
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